Cuando se quiere dar una exhortación de buena fe... es mejor de una vez ir a la raíz de problema y exponerlo. Ya que a veces se usan recursos externos de presión que no provocan mas que resentimiento, rebeldía y por ende ningún cambio. La buena intención debe ir ligada a un buen acto. Toda corrección debe ir sujeta a un buen ejemplo de vida, no podemos corregir fallas ajenas sin antes buscar dentro de nosotros y extirpar eso que también es nuestra ocasión de caer. Por lo tanto quien tiene en su mano corregir a otros antes tuvo que realizar un análisis de conciencia arduo para con testimonio en mano ir al problema a corregir con amor, entendimiento y guiado por la palabra. No basta la buena intención de ayudar, es necesario cumplir con nuestra parte, con lo que nos corresponde evaluar de nosotros mismos. No hay nada mejor que la honestidad hacia uno mismo y hacia los demás, sin tener que acudir a círculos vacíos y medios sociales como maestro de antaño que con regla en mano daba dos o tres golpes en la palma de la mano... es algo mas, golpeando las emociones de alguien no se recupera territorio. Si corriges que sea con amor y que también vaya de la mano con un buen ejemplo de vida y con un testimonio que agrade a Dios.
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